martes, 31 de enero de 2012

Quimera.

Uso este recuadro para secar mis ojos a un sol virtual. Uso este recuadro porque jamás podría tenerte colgada sobre mi pared para contarte sobre mis días. Vengo aquí y te digo cosas que no querrás saber, ni nadie más, pero vengo aquí porque no me veo escribiéndoselas a nadie que no seas tú. Y pienso que si es un crimen tomarme las cosas en serio, de la misma forma que me tomo ésta botella que me mata un poco más las entrañas; pues debería estar preso, debería estar en una silla eléctrica, aunque lo más probable es que termine en una celda acolchada tomando tres dosis de clorazepam al día. Y si pudiera entender como es que el río del espacio-tiempo puede alterarse tanto con una sola piedra que le arrojen, cayéndose en una cascada dónde hay un desierto que lo secará todo; podría decirme a mi mismo que no fueron solo un espejismo las gotas de lluvia que han caído desde que te has ido.

Si el orgullo del pingüino fuera un poco más digerible, sino tuviera que recorrer una tierra deshabitada, dónde vine a perder mis alas; probablemente habría volado, probablemente te habría llevado conmigo, no sé si a un abismo o a una cueva, o de regreso a la selva dónde creí que pertenecías alguna vez. Si fuera un poco menos como yo, no habría escrito todas las noches de un invierno con mi nombre en una hoja; mucho menos habría entregado una semilla sin saber que jamás sería plantada. Tal vez debí haber sido médico, como mi padre me lo repetía. Así evitaría tener el tiempo para destruirme constantemente. Tal vez debí haber sido físico, así los cálculos no me fallarían de la misma forma que me falla el sentido común.

Pero todas estas posibilidades se resumen a un error... Un tiempo pasado que saca las garras, que me grita porque yo ya no puedo hacerlo. Las interpretaciones del hubiera y el podría, las palabras que se acumulan a cada momento porque no me las puedo quitar y solo echarlas de menos. Los anhelos que siguen oxigenando al músculo cansado de bombear.

Al final, el error fue querer domar a una fiera... donde no había más que una mujer.


Por: Adrián Martínez. Enero 2012

lunes, 23 de enero de 2012

Algunos hombres solo quieren ver el mundo arder.


Hay algunas personas a las cuales la sola idea de un mundo yéndose por el espiral indomable del apocalipsis, entre cantos de humanoides emplumados y trompetas de oro; les resulta una probadita de cielo. Para otras, esto no es más que lo que les podría ofrecer un queso crema. Hay algunas personas a las que les resulta orgásmico el pensar en cambios místicos, refiriéndose al advenimiento de una edad de claridad y paz, predichos por culturas a las que realmente solo les importaba la guerra y tener cultivos para no morir de hambre. Algunas otras, quisieran simplemente un cambio en el temporal, un poco de lluvia para no morir en la pobreza extrema. 

Algunos ancianos leen los periódicos cada mañana en la plaza principal, para recordarse a si mismos, todo lo buena y significativa que fue su juventud comparada con las frivolidades de sus nietos. Hay otros que leen las noticias esperando encontrarse con que alguien haya inventado la manera de volver en el tiempo, para poder evitarse el estar ahí sentados, solos y decepcionados.

La mayoría de los adolescentes han visto demasiadas películas sobre invasiones extraterrestres, villanos celebérrimos, desastres naturales y gente que los sobrevive milagrosamente, holocaustos caníbales de muertos en vida, vampiros de ultraderecha, etc. Tanto qué el hecho de que el mundo pueda terminar de alguna de esas maneras, les resulta inmensamente divertido. A otros les da por ver películas sobre drogadictos sin remedio y personas socialmente disfuncionales, sin importarles realmente que el veintiuno de diciembre del dos mil doce se acerca, porque saben que aunque son menos fantásticas, son mucho más cercanas a lo que podría ser el fin -o fracaso- que tendrían sus vidas de por sí ya desencajadas. 

Hay mujeres que se enfrascan en encarnizadas luchas sin sentido, contra enemigos que no existen, porque creen que merecen ganarse todo en este mundo por el simple hecho de existir y tener la capacidad de dar a luz. Que este año debería ser el cambio al poder de las mujeres y al protagonismo que ellas mismas dicen no han tenido. Hay otras tantas que se dan cuenta que el tomarse los dogmas de la sociedad occidental tan personalmente es directamente proporcional al machismo al cual odian.

Hay hombres que se esfuerzan cada día por demostrarle al mundo que hemos sido una mierda durante miles de años. Que los mitos de la antigüedad, las leyendas urbanas, prejuicios y barreras que impiden que la humanidad avance solamente siguen ahí porque se los permitimos. Hombres que en el fondo temen no poder hacer suficiente para cambiar al mundo y que todo lo que han logrado podría convertirse en anécdotas de un anciano leyendo un periódico por la mañana totalmente solo, un grupo de jóvenes saboteando las calles en desesperación por una fecha mediatizada como el fin de los tiempos, niños riéndose de imágenes -reales- de guerra porque se parecen a la película o el videojuego de ayer, mujeres y hombres aborreciéndose al competir constantemente para ser la punta de la pirámide. 

Algunos hombres saben que nunca cambiarán al mundo, y que aunque ellos den todo lo grandioso o insignificante que pudieran siendo una botella de refresco de cola en el basurero que es el mundo, todas esas cosas ya están sucediendo sin ser el fin del mismo. Algunos hombres saben que el fin del mundo fue ayer, hoy y siempre. Algunos hombres solo quisieran ver el circo del espacio tiempo caer. Algunos hombres solo quieren ver el mundo quemarse. Algunos hombres solo esperan el día en que por fin puedan decir: ¡Feliz fin del mundo!

Martínez, Adrián (2012). "Algunos hombres sólo quieren ver el mundo quemarse". En El Fanzine del Cerdo Violeta No. 1. Enero. Apocalipsis ¿Ahora? León, México, p. 20.

lunes, 16 de enero de 2012

Wake

Con las puertas cerradas y las cortinas desplegadas, el mundo se encoge mucho más, los cabos que están atados te atan a ti mismo y desplazarse se convierte en una tarea inútil. Hay alguien allá afuera que tendrá que poner la sabana, limpiar el piso cuando se vaya y recoger sus viejas ropas, pero ese trabajo no es mío. Y ahora que todos se han convertido en enemigos mi voluntad pareciera hundirse con mi corazón. tengo que escaparme de sus garras, no culpo a nadie por cerrarme las puertas porque fui yo quién les di la llave para que hicieran tan magnifico y terrible trabajo, quizá hasta debería llamarlos para aplaudirles.

Es ese tipo de cosas horribles que se veían venir cuando llegó enero, y nos encondíamos en catacumbas con número postal. Durmiendo al lado de ratas en una cama hecha de ropas que jamás volveré a usar esperando que nadie llegue a tocar. Es mucho más fácil atrancar las puertas y destrozar el teléfono que mostrar mi piel al canceroso sol, porque la cosa más difícil nunca es arrepentirse y decepcionarse por alguien más, es dejarlo entrar...

Tal vez puedas entrar una vez más, a veces ya no depende de mí. Desantrancar la puerta, usar la llave que te di, y quitarte los zapatos al pasar, aunque tomaría toda la noche para poderlo explicar, que habría ido afuera hacia otras puertas que ahora son corredizas, pero nunca parecía el momento adecuado. Luego llegaste y me volaste el techo tirándome tu cuerda, tuve que atármela justo al cuello, y cuando lo hice no te importó haberme levantado o el rescate que pretendías, sabías justo que esperar de mí. Que mientras las puertas estuvieran cerradas y las cortinas desplegadas, no es necesario morir porque jamás se abrirán desde ahí afuera. Alguien tenía que hablar con la lengua cortada y los dientes rotos para defender el derecho a permanecer encerrado, sin fotografías ni tiempo de visitas, ni una guía sobre como volver a comenzar. A veces quisiera patear las puertas hasta derribarlas sobre mí si estuvieras dispuesta a ceder las llaves a alguien más, porque los quiero dejar entrar...

Nunca tengas miedo de hablar.
No hables nunca con los dientes de alguien más.
No regatees sobre ti mismo, no cuando estés débil.
No tomes nunca ese maldito abuso.
Algunos pacientes nunca se podrán salvar, pero esa carga no debe estar sobre ti.
NUNCA DEJES QUE NADIE TE DIGA QUE TE MERECES ESO.

From wake by the antlers.



jueves, 12 de enero de 2012

Callejero en un cajón

Las calles con luces rojas de neón
enredan éstas nuevas corneas.
Y si me embriago
con sabor a madera te querré.
Pero la calle no será cosmopolita.
Sin monumentos cegados
por luces de melancolía.

La comida no tendrá sazón alguna
cuando viene de cajón.
Como la carta que no llega nunca,
como las vías ferreas.
En las que nadie viaja ya.
Callejera la comida me sentará mejor.
Porque se tiene una vez
y se deja correr.

Encajonado veré mejor,
sin luces que quiten la forma,
o calor que la diluya.
Callejero en un cajón.
Quién en la calle me encuentra,
en un cajón me encerrará.

lunes, 9 de enero de 2012

Jeff Buckley - Mojo Pin





Probablemente la mejor versión de la canción que le da nombre a este espacio, como última canción de la presentación de Glastonbury '95, minutos antes de que subiera Oasis al escenario. Es la primer canción del disco Grace de Jeff Buckley. Y pensé que desde hace mucho debía haber puesto esto aquí, y muchas otras cosas que están como borradores esperando, pero aquí está.

Es muy difícil explicar todo lo que significa ésta canción para mí pero creo que hacerlo sería algo egoísta y contrario a mis principios. Hay que dejar que la música hable por si misma y que cada quién obtenga de ella lo que escuche, porque no todos vemos igual; escuchando es la misma historia, sólo quiero hacer notar el ritmo cambiante y apasionado característico de Jeff, y la magistral ejecución vocal en este vídeo. les dejo la letra para que canten a la par de Jeff, digo sé que no todos tenemos un rango vocal de 4 y media octavas pero al diablo. Que no les importe no alcanzar las notas, sólo escuchen y dense cuenta de que en el momento que escuchen la canción son parte de la misma. Son participes. Y eso es algo que muchos olvidan del arte.

I'm lying in my bed
The blanket is warm
This body will never be
Safe from harm
Still feel your hair
Black ribbons of coal
Touch my skin
To keep me whole...

Oh...if only you'd come back to me...
If you laid at my side...
Wouldn't need no Mojo Pin
To keep me satisfied...

Don't wanna weep for you
Don't wanna know
I'm blind and tortured
The white horses flow (horse has flown)
Memories fire
The rhythms fall slow
Black beauty I love you so...

Uh precious precious silver and gold
And pearls in oyster's flesh
Drop down we two to serve and pray to love
Born again from the rhythm
Screaming down from heaven
Ageless, ageless and I'm there in your arms...

Don't wanna weep for you
I don't wanna know
I'm blind and tortured
The white horses flow
The memories fire
The rhythms fall slow...
Black beauty I love you so...so...so...so!!!

Dah!!!

Oh the welts of your scorn, my love
Give me more
Send whips of opinion down my back
Give me more
Well it's you I've waited my life to see
It's you I've searched so hard for...

Don't wanna weep for you
Don't wanna know
I'm blind and tortured
The white horses flow (horse has flown)
The memories fire
The rhythms fall slow...
Black beauty I love you so...so...black, black, black beauty!