martes, 29 de marzo de 2011

Fantasmas de jade.

No puedo romper algo que no ha estado en mis manos, como el hielo. El hielo que te cubre en capas, el que se derrite con pedradas suaves pero sonoras, a veces con cadencia melodiosa y otras con el ritmo de un flechazo. De entre las capas sobresale el jade, que te obsequia la vista y se obsequia a si mismo a los demás, cuando te ven. Es ese matiz que regalas, el que me despista, me manda a la alfombra o al banco; esperando la luz de la pantalla, como si fuera un fantasma.
Un fantasma que me visita en lo fortuito y en lo inesperado, y yo. Yo, un hombre en su búsqueda de lo intocable. Tú, una mujer que pidió inspiración cuando al mismo tiempo me la da. Una mujer que me transmite las palabras que no saldrían a dar su paseo por el papel, sin compañía del jade de tus ojos en la memoria de los míos.

Quiero romper todo el hielo, el que atrapa miedos y destinos mal soñados. Quiero romper cada barrera, en un tiempo nuestro que no siga relojes o días. Quiero dormir en tu jade que me mira, en lo incorpóreo de las conversaciones; dormir no de cansancio, de gusto… Encontrarte por casualidad en la pantalla.

¿Qué tan imposible sería que te transfiguraras a mi realidad, a mi espacio y tiempo, si ya lo haces en mi mente?

-Adrián Martínez

No hay comentarios:

Publicar un comentario