lunes, 16 de diciembre de 2013

Las mañanas transcurren claras/Pasaré por Piazza Di Spagnia ~ Cesare Pavese

Las mañanas transcurren claras

Las mañanas transcurren claras
y vacías. Así tus ojos
se abrían a otro tiempo. La mañana
pasaba lenta, era un remanso
de luz inmóvil. Callaba.
Tú, viva, callabas; las cosas
vivían en tus ojos
(sin pena, sin fiebre, sin sombra)
como en un mar de claridad temprana.

Luz, donde tú estás, allí está el día.
Tú eres la vida y las cosas.
En ti despiertos respirábamos
bajo el cielo que aun se mantiene en nosotros.
Sin pena, sin fiebre, entonces,
ni esta sombra pesada del día
poblado y distinto. Oh, luz,
lejana claridad, respiro
afanoso, vuelve los ojos
inmóviles y claros, hacia quien te llama.
Es oscura la mañana que pasa
sin la luz de tus ojos.

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Pasaré por Piazza Di Spagnia

Será un cielo claro.

Se abrirán las calles
sobre la colina de pinos y piedra.
El tumulto de las calles
no cambiará aquel aire quieto.

Las flores rociadas
de colores, en las fuentes,
harán guiños como mujeres
divertidas. Las escaleras
las terrazas las golondrinas
cantarán al sol.

Se abrirá aquella calle,
las piedras cantarán,
batirá el corazón con sobresalto
como el agua en las fuentes —
será ésta la voz
que subirá tus escaleras.

Las ventanas sabrán
el olor de la piedra y del aire
matutino. Se abrirá una puerta.

El tumulto de las calles,
será el tumulto del corazón
en la luz perdida.

Serás tú – firme y clara.

jueves, 20 de junio de 2013

Jaina In Nomen

     Me han dicho que a toda mujer se le puede decir María, que no es difícil de encontrar, que está en  mil doscientas canciones, en galletas, en nombres de actrices (a)doradas, en el altar del fondo -llena de gracia-y en el humo de un concierto de reggae. Que es la palabra hebrea para dirigirse a la mujer amada. Pero nunca ninguna mujer se presentó a si  misma -conmigo- como María. Siempre era María-Algo, prefiriendo otro nominativo. Y como era de esperarse, a ninguna la amé. Siempre hubo otra manera, siempre me olvidé. A diferencia, creí tan estúpido llamarle así a toda mujer... Creí que debía ser inolvidable, que debía permear en mí la absoluta seguridad de conciliar dentro de un solo cuerpo a 'toda mujer'siendo a la vez como ninguna, para ll-amar-la . ¿Por qué? Porque uno es así de ambicioso, aspirando de la duda solo la certeza de que en ella, lo primordial sería la sorpresa. Y así en un mundo preapocalíptico que me gritaba de ella y me ponía en miopes ojos su nombre; el encuentro.

     Me llaMARÍAn mil voces, rastros de carne calle abajo, inclusive la tuya advirtiendo la imposible vuelta atrás. Me toMARÍA un primero de junio, con meses entrechocados de paraderos y coincidencias desconocidas. Me calMARÍA luego en septiembre y octubre, al develarse en tumultos y puntos de comunión. Me aMARÍA desde el invierno, siendo tía en el vecindario de mis primeros pasos, hasta latitudes que no he todavía de conocer. Me has visto equivocado, porque siempre has estado en más de lo que tu nombre dice. Sobrepasándolo todo, sin dejarme a mí. 

-Adrián Martínez 4 M.A.

miércoles, 27 de marzo de 2013

The dreamer dialogue.

"... Todo en lo que podía pensar era en esta noción propia de uno, de lo que somos, en ésta estructura lógica, un lugar donde momentáneamente darle hogar a todas las abstracciones. Era tiempo de volverse consciente, de darle forma y coherencia al misterio, y yo había sido parte de ello. Era un regalo. La vida rugía con furia a mi alrededor y cada segundo era mágico. Amaba a toda la gente -lidiar con todos los impulsos contradictorios- eso es lo que amaba más, conectar con la gente. Viendo atrás, eso era lo que realmente importaba.

Siento como si mi transporte debiera ser una extensión de mi personalidad. Y esto es como mi pequeña ventana al mundo... y cada minuto es un show diferente, Tal vez no lo entienda, tal vez ni siquiera esté de acuerdo con ello. Pero te diré lo que he aceptado: sólo déjate llevar. Quieres tener las cosas en un mismo plano, entonces querrás ir con la corriente, dejarte fluir de ti mismo. El mar no se niega a ningún río. La idea es mantenerse en un constante estado de partida y llegada. Te salva de introducciones y de despedidas. El viaje no necesita una explicación, sólo viajeros."

-Waking Life (Richard Linklater, 2001)

lunes, 11 de febrero de 2013

/Do/

Put your face in the pavement,
scratch the walls 
until the colours get sticked 
in your skin
like little blurry notes. 
Do a barrel roll. 
Jump the shark to me. 
Cut my neck open, 
knit it when it reaches
a regular length.

Step up to play the coda, 
so I pretend I can whistle loud, 
loud, 
loud into your ear track. 
Do a mess of me, 
make a pudin 
with my thought process 
at 4 am.

Engage and tackle 
my points of confidence 
with your freaky gigantic head. 
Resume a novel 
with short sentences
about the cryptic relationships 
you maintain 
with the people you see 
every week. 

Play procrastination
on all the things you want to do 
with your youth. 
Play the songs of your youth
to the one you love, 
in a dorky foolish way. 
Create theories 
over carefully analized details
of simple things. 

Get crushed 
in a wall of sound. 
Get wasted 
to the taste of steel
from a post 
on a rainy-messy street. 
Pour yourself into the ones 
who see it all. 
Infect them. 
Corrupt them.

~Adrián Martínez, 2013.

domingo, 20 de enero de 2013

Pág. Cincuenta y siete.

Me acompaño de tu trío de libros. Me dan escaparate para cuando vuelva a la congeladora, a quién me madruga. Me hacen el trayecto más corto; placentero. Me espabilan la fatiga al decirle al encargado del transporte "Buenos días, trece por favor" mientras ve mis ojos a través de los lentes de sol -de ojeras anfibias-. Al atravesar el pasto mientras los guardias lo recelan como si fuera lo único que pudieran proteger realmente. Al correr escaleras arriba, porque siempre se está medio minuto más tarde de lo pensado y al encontrarme cabeceando y pidiendo las notas que no alcanzo a ver en el afán de desparramarme en la última fila. Me traen de vuelta y me abren el apetito, me ponen a garabatearte en borradores de mis homenajes a ti. 

Hay tanto de ti incluso en estos lugares. Hasta en mi instancia oficial. Aquí te leo, repaso y rememoro los quietos instantes que vivimos casi clandestinamente a la mirada olvidada de ellos. Palabras que nos encienden fuera de todo diario aparecer, dictadas bajo nuestros significados indómitos. Digo buscar un pretexto para enviarme contigo a sabiendas de que nunca ha sido necesario. Me acompaño de ti en cada viaje y me impulsas un paso y otro, y seguro tú también ves tus pasos yendo a la cocina o tu pierna inquieta bajo el escritorio. 

Allá me acompaño de ti porque mientras allá me ponen a prueba, convierten en número, en abeja y luego en un papel; aquí -contigo- no hay trámite, no hay fecha límite ni obligación virtual. Aquí la más osada muestra de sinceridad es ofrecerte mi trabajo, mi quehacer, mi marcada tipografía de pulgares al revés. Tómalo todo, si necesitas acompañarte de mí. 

Esta dicha me concedes en la página cincuenta y siete.

-Adrián Martínez


lunes, 7 de enero de 2013

Hambror


Escribirte como quiero es lo mismo que aprender a cocinar. La misma operación, buscando los ingredientes que me has traído selectos del mercado de tu vida. Un mercado colorido, de frutos con consistencia apenas madura. Tienes personas que gritan avivadas a metros del teatro, parejas histéricas un fin de año. Tienes abejas bailando entre olores marchitos de una jornada de trabajo, cabellos enmarañados de una noche entre tres cobijas y una losa.


Ir al mercado es una necesidad ahora, pasearme por los corredores y no dejar nada fuera de la vista miope. Tocar todo lo que pueda comerme, o simplemente tocar todo lo que tenga textura alguna. A veces no es necesario comprar nada, o decidir donde comer, basta con el recorrido, con la vista y la multitud que no se da cuenta de nuestro encuentro. No es necesaria la compra, porque al salir de ti me traigo la mano a los bigotes maníacamente y tendré tus aromas matutinos vespertinos y con suerte nocturnos. El aceite que se forma en las pendientes que te dan cara cuando me rozan tus porosidades. Las excentricidades y los chistes de los puestos que me ponen en escena para aprender a mezclarte en pequeñas notas mentales, en toda extensión. Para prepararte, una danza. Tú una encantadora de alimañas, y yo una serpiente que no sabe si meterse en ti, enrollarte con mi langido cuerpo, morderte o matarte de una sola vez.


Para comerte, sólo se necesita hambre. Yo soy un pozo sin fondo y tú eres un mercado. Así que dime, ¿cuándo me faltará el hambre y cuándo me faltará quién la sacie como tú? Si mi visita nunca es obligada, sino necesaria.

A.M.